Práctica filosófica y metodología de los Cafés

Que la filosofía aplicada, o práctica filosófica, sea en principio algo poco conocido no debería seguir siendo así. Dicha práctica tiene sus comienzos en el extranjero (EEUU y Europa) hace alrededor de veinte años, y está germinando en España (Barcelona, Madrid y Sevilla son los centros neurálgicos hoy por hoy) poco a poco, con afanoso esfuerzo y grandes motivaciones. Dicha práctica consiste en un proceso de apoyo tanto a nivel individual como colectivo que pretende ofrecer herramientas de pensamiento y de acción a sus consultantes, para su autonomía, autoconocimiento y consiguiente felicidad. Actualmente la asesoría filosófica trabaja y colabora con empresas, educación, salud, exclusión social, discriminación de género y otros ámbitos que necesitan de nuevas formas de pensar y actuar para mejorar sus condiciones vitales y/o empresariales, así como satisfacer las necesidades crecientes de sentido vital.

Es por ello que el número de talleres grupales se está ampliando generosamente en la actualidad. Y a pesar de que dichos talleres suelen tratarse en general de temas problemáticos para un tipo de personas específicas, no es menos cierto que existen conceptos y problemáticas comunes a todo ser humano. Así pues, el taller que les propongo estaría abierto a todo el mundo, independientemente de su género, edad, ocupación o estado de salud. Este tipo de talleres en ocasiones se acompañan de café y pastas, tomando el nombre de “Café filosófico”

La metodología de dichos talleres consiste en un diálogo grupal, bajo una serie de premisas, que son: 1) se hace una breve exposición teórica con el fin de asentar el terreno del diálogo, pero en ningún caso se trata de un aleccionamiento sino que nos da la posibilidad de entendimiento en el grupo, una vez clarificados los conceptos básicos; 2) los asistentes piensan por sí mismos, hablando, opinando y reflexionando desde sí mismos, pero evitando hablar de uno mismo (no se trata de una terapia grupal para compartir nuestras experiencias de vida); 3) no se trata de un debate en el que discutir bajo diferentes perspectivas para ver quién se lleva la razón, sino que se trata más bien de respetar el pensamiento de los demás y el propio poniendo especial atención a las preguntas que van surgiendo en el diálogo, que de realizarse de esta forma se convierte en un ejercicio grupal humilde y honesto.

• Las sesiones se apoyarán en breves fragmentos de textos así como, de ser posible, de proyecciones tanto de imágenes como de fragmentos de películas, que acompañen el debate bien sea para ejemplificarlo o para ponerlo en cuestión.